¿TU RIZO NO SE FORMA BIEN?, ¿NO TE DURA LA DEFINICIÓN?

¿TU RIZO NO SE FORMA BIEN?, ¿NO TE DURA LA DEFINICIÓN?

TE EXPLICAMOS EL PORQUÉ. LA ELASTICIDAD.

En entradas anteriores, hemos visto cómo cuidar nuestro cuero cabelludo según su oleosidad y cómo cuidar y estilizar la hebra según la densidad, el grosor o la porosidad de nuestro cabello. En la entrada de hoy trataremos “la salud de nuestros rizos y ondas”, o lo que toda “buena curly” ansía: cómo encontrar el equilibrio de nuestro cabello. Hablemos de la elasticidad.

Antes de empezar, hagamos un paréntesis para entender el interior de nuestro cabello.

En el interior de la fibra capilar tenemos 3 tipos de puentes: de hidrógeno, salinos y de disulfuro. Los dos primeros se rompen al mojarse, quedando los de disulfuro, que tienen propiedades elásticas y son distintos según la forma de nuestro cabello: liso, ondulado o rizado.

Para que estos puentes estén bien equilibrados (y tu cabello en las mejores condiciones), deben tener un 70% de agua y un 28% de proteína. En el momento en el que este porcentaje se rompe, los puentes de disulfuro se ven alterados y nuestra hebra sufre las consecuencias.

ELASTICIDAD

Todo esto se traduce en que nuestro cabello, cuando está equilibrado, debe poder estirar aproximadamente un 30% (un poquito) y volver a su forma original con la misma “fuerza” (como una goma que opone resistencia). La elasticidad es, por tanto, la CAPACIDAD DEL CABELO PARA ESTIRARSE Y RECUPERAR SU FORMA ORIGINAL.

Pero… ¿para que nos sirve toda esta información? Pues será el indicador de equilibrio, falta de proteínas o falta de hidratación en nuestro cabello.

Ahora que ya sabemos qué es la elasticidad y qué podemos averiguar a través de ella, os preguntaréis… ¿Cómo podemos conocer la nuestra? Llegaremos a ella mediante el TEST DE ELASTICIDAD.

Con el cabello limpio y mojado, cogeremos entre 8 y 10 hebras, envolveremos los extremos entre los dedos índice y pulgar de cada mano e intentaremos estirar con suavidad:

Entra en el post de instagram donde lo podrás ver con más detalle.

Vamos a interpretar los resultados:

* Si el mechón estira un poquito, como un 30%, oponiendo resistencia y vuelve a su forma original, ¡Enhorabuena!, tu cabello está EQUILIBRADO.

* Si al estirar, el mechón estira más de ese 30%, incluso como un chicle, y no vuelve a su forma original, nuestros puentes están débiles y nuestra ELASTICIDAD es ALTA. Necesitamos aplicar una mascarilla con PROTEÍNAS/AMINOÁCIDOS o un tratamiento intensivo. ¿Cuándo usar una cosa u otra? Dependerá de cuánto estire.

* Si al intentar estirar no lo consiguiéramos e, incluso, partiésemos el mechón, nuestra ELASTICIDAD es BAJA y necesitaremos HIDRATACIÓN. Aplicaremos una mascarilla hidratante.


ELASTICIDAD ALTA

Como hemos indicado, si nuestro cabello estira más de la cuenta, pero no demasiado, aplicaremos una mascarilla rica en proteínas y/o aminoácidos.

Si estira mucho, como un chicle, y no vuelve a su forma original (incluso llega a romperse de tanto estirar), el daño es mayor y necesitaremos un tratamiento intensivo de proteínas o aminoácidos.

ELASTICIDAD BAJA

Si lo que necesitamos es hidratación porque nuestro cabello ha perdido la capacidad de estirar, nuestra mejor aliada será una buena mascarilla hidratante.

Y ¿Qué pasa si estamos en ese justo medio tan deseado? No aplicaremos ningún tratamiento, tan sólo acondicionador y/o leave-in, en el caso de que lo necesitáramos, para ayudarnos a desenredar.

No olvides observar tu cabello y comprenderlo, ya que la elasticidad puede variar mucho, incluso de un lavado a otro. Entonces… ¿es necesario realizar el test de elasticidad en cada lavado? Pues sería lo ideal, pero no imprescindible. No lo hagas en cada rutina mientras sientas que tu cabello está bien, hazlo cuando sientas que tu rizo no tiene fuerza, te dura poco la definición o, simplemente, no está tan bonito como sueles verlo. La elasticidad suele ser la clave.

ATENCIÓN!! No olvides clarificar tanto como tu cabello necesite, ya que los síntomas que acabo de describirte, también pueden deberse a un cabello con acumulación.

Y hasta aquí la “Trilogía sobre el diagnóstico capilar”. Ahora estamos preparadas para cuidar nuestro cabello según sus necesidades y lucir pelazo.

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Post creado por Ana Iglesias



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